Sin un inglés impecable,
pero con unos números que estremecen
y unas fotografías con una estética exquisita,
pero tenaces,
que hablan tanto o más que esos números.
La pena es que sepamos de su trabajo,
solo porque su vida estuvo en peligro,
por hacer que estas imagenes del contienente olvidado
lleguen a nosotros.
Buena vuelta a casa,
y gracias por tu trabajo,
José Cendón
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